miércoles, 17 de febrero de 2016

EL ENCANTO OCULTO



Reflejaba en sus ojos la necesidad de compartir en familia, él se programa para viajar de San Andrés a Bogotá, es 20 de noviembre no hay muchas opciones de viaje; Avianca, LAN, Copa Airlines y Viva Colombia, pero la aerolínea con la disponibilidad es LAN, por un costo de COP $ 250.000, él parte con las más mínima cantidad de indumentaria.

Son las 20 horas, aterriza en Bogotá, es una noche espesa, fría y ruidosa, él solo viste de camiseta, pantalón corto y unas zapatillas que usa sin medias, cada brisa congela sus huesos, tiembla de pies a cabeza, los minutos parecen horas de eterna hipotermia, se dirige al Terminal de Transporte Norte, ubicado en el Salitre.

Hay muchas opciones de donde escoger, Bolivariano, Velotax, Coopetran, Magdalena y Rápido Tolima, son las más aclamadas del transporte público, él se dispone a comprar el tique, la suma es de COP $25.000 en la empresa Bolivariano, toma un rumbo de 200 km de distancia hacia Ibagué un total de 4 horas de viaje.

Ha llegado un poco desorientado es bastante tiempo sin pisar las tierras musicales de Colombia, aún es de noche, luna llena y cielo despejado, está a solo escasos minutos de un encuentro familiar, aclamado por años.

Toca la puerta su corazón se pone a mil, ella una mujer que con un abrazo le dice hijo amado, el mejor abrazo de su vida, el recuerdo se vuelve eterno e irreemplazable, el afecto familiar no tiene comparación, no tiene precio, es un sentimiento espontaneo, responsable y consiente incapaz de herir, la charla se extiende, él se dispone a ver la salida del sol entre las cordilleras, la idea de caminar a través de ella toma fuerza.


Sin descansar alista su cámara, sus zapatillas y un par de medias, se dispone a caminar alrededor de la montaña hasta alcanzar la cima, ya son tres horas de camino, está a un paso de mirar al vacío y encontrar el reflejo de una ciudad soñadora, que trata de progresar pero lo tiene todo.


Él está en la cumbre contemplando el maravilloso paisaje, observando las cordilleras, la ciudad de extremo a extremo, un nevado que se aprecia grande y valeroso, sintiendo la brisa calidad, y un sin fin de fauna y flora para observar en el transcurso del sendero.
El encanto oculto, es el afecto que se manifiesta por algo o alguien…





Ibagué – Tolima – Colombia. 






lunes, 15 de febrero de 2016

EL SALTO DEL TIGRE


Él se encontraba caminando por la orilla del mar, pensando como sería recorrer la isla en motocicleta, la idea se hizo inminente, así que caminó y preguntó a cada vendedor, al no encontrar un precio cómodo, se acercó a los alquileres ubicados frente a la Discoteca Coco-loco, topándose con una señora muy gentil, trabajadora del Renta-car Esmeralda, al cotizar cancela la suma de COP $80.000.  

Conduciendo a más de 70 km/h, él llega al denominado salto del tigre, ubicado en el kilómetro 10 diagonal al hotel Blue Cove, un sitio que se muestra muy encantador, de abundante verde, un caribe de color Azul Verdoso, Cerúleo y Cyan, poco público, y totalmente gratis.

Se acerca para observar el salto de 16 metros a un profundo mar, se para al borde del coral, y piensa como una gran piedra le trae emociones tan placenteras, sin meditar mucho se avienta sobre un azul paradisíaco, se hunde lentamente y cada gota atesora su nombre.

Ha hecho historia, una nueva experiencia llega a su vida, comprende que vivir al límite, es vivir cada momento como si fuera el último.  


     San Andrés, Providencia y Santa Catalina – Colombia. 

domingo, 14 de febrero de 2016

EL CAMINO


Era una tarde como cualquier otra, él se encontraba en un excelente restaurante italiano llamado Sea Watch Coffee, ubicado en la peatonal de hotel Casa Blanca, frente al mar, de enorme ambiente caribeño, pero con la elegancia italiana.

Como costumbre se encontraba tomando su café tradicional, cuando de repente en la lejanía se acerca ella, una muchacha de excelente finura, es grata la sorpresa para él, la recibe con un agradable abrazo y la invita a sentarse, ya conociendo sus gustos le ordena un Cappuccino.

La tarde se vuelve agradable, hablan de trabajo y planes a futuro, de repente ella le comenta sobre un lugar místico, no muy retirado del Manglar Old Point, ya terminada la charla él se despide con un caluroso abrazo, de inmediato sin pensarlo dos veces, se embarca en el hermoso Manglar.

No con mucha orientación, ahí se encuentra él en medio de los árboles, escuchando el cantar de las aves, la brisa refrescando cada célula de su cuerpo, observando un camino de madera, que va de extremo a extremo, un camino que tiene un inicio y muy posiblemente un final.

Es exactamente lo que describió ella, un lugar místico, espiritual y muy tranquilo, él respira profundamente y cada suspiro es un sin fin de días más de vida.  

     San Andrés, Providencia y Santa Catalina – Colombia. 

sábado, 13 de febrero de 2016

ALGO PARA CONTAR


Ahí se encuentra él en medio de un paraíso tropical, respira muy profundamente, llena sus pulmones de deseos, se dirige hacia el norte a la playa más cercana, la encuentra y se sienta, toca la arena con su manos, la felicidad se completa, ha dejado de pensar, su mente esta en blanco sólo quiere tranquilidad, se levanta y se acerca a la orilla del mar, piensa que es un azul sin fin.

El mar acaricia sus pies, él tiene el control, él decide que tanto quiere sentir y se arrodilla, aprecia el agua alrededor de él, mira para ambos lados y se encuentra ¡solo!, ese es su momento y lo conserva como su mejor recuerdo.

Mira su bolso, se dirige hacia el, extrae su cámara y enfoca su lente, toma lo que sería la primera foto de su travesía, se hace más grande su anhelo de continuar conociendo, su aspiración por ver el mundo, de sentir en sus venas el calor humano, explorar otra cultura, de aprender idiomas, él ansía caminar y nunca detenerse.

Él quiere viajar y vivir al límite…

     San Andrés, Providencia y Santa Catalina – Colombia.